Poder otorgado por Juana Rivera, doncella, vecina de Santo Domingo y
natural de Bayaguana, en favor de Antonio de Quevedo y Villegas, canónigo
de la Catedral de Santo Domingo, para que haga información de limpieza de
sangre. Testigos: Tomás de Heredia y Castro, Juan Montero y Lorenzo de
Valencia. Firmado el primer testigo y Domingo de Velasco, escribano
público.
Poder otorgado por Juana Rivera, doncella, vecina de Santo Domingo y
natural de Bayaguana, en favor de Antonio de Quevedo y Villegas, canónigo
de la Catedral de Santo Domingo, para que haga información de limpieza de
sangre. Testigos: Tomás de Heredia y Castro, Juan Montero y Lorenzo de
Valencia. Firmado el primer testigo y Domingo de Velasco, escribano
público.